El entusiasmo mueve el mundo

Adega Terras Mancas

Con cuatro modalidades autóctonas de uva blanca, Treixadura, Albariño, Godello y Loureira, y un trabajo de producción dedicado y minucioso, conseguimos la denominación de origen para nuestros vinos y el prestigio para la marca Terras Mancas, que es hoy sinónimo de paladar genuino y buen hacer.

Gastos de envío:
5.00 €

El entusiasmo mueve el mundo

Adega Terras Mancas

Con cuatro modalidades autóctonas de uva blanca, Treixadura, Albariño, Godello y Loureira, y un trabajo de producción dedicado y minucioso, conseguimos la denominación de origen para nuestros vinos y el prestigio para la marca Terras Mancas, que es hoy sinónimo de paladar genuino y buen hacer.

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Vinos nuevos de viejas viñas
Nuestros vinos ofrecen la esencia de la tierra en la que han nacido
Generación tras generación, se ha transmitido un saber vinícola que ha llegado a nosotros, sumado a nuestro empeño, dedicación y entusiasmo por conseguir un producto que trasciende y exprese toda la riqueza de nuestras viñas.

Un trabajo de producción
dedicado y minucioso

En los bancales de la bocarribeira de Trasalba, con la frescura de las aguas del río Barbantiño y la última sonrisa del sol tras San Trocado, se crían con el mismo amor que profesamos por nuestra tierra nuestros vinos, elaborados con la forma tradicional de maceración y con prensado manual. De esta manera logramos unos caldos cuyo aroma y presencia, homenajean a la historia, pasión y cultura vinícola de nuestro lugar. Son el aquí y el ahora.

Así, nuestros vinos ofrecen la esencia de la tierra en la que han nacido, la misma en la que hace 800 años los monjes de Oseira plantaron sus cepas, y que por sus condiciones climáticas únicas da como resultado vinos llenos de matices, con un perfil fragante y de gran elegancia. Una identidad vinícola tan característica y majestuosa como los paisajes bañados por el Miño donde crecen las vides y nuestra devoción por ellas.

Un trabajo de producción
dedicado y minucioso

En los bancales de la bocarribeira de Trasalba, con la frescura de las aguas del río Barbantiño y la última sonrisa del sol tras San Trocado, se crían con el mismo amor que profesamos por nuestra tierra nuestros vinos, elaborados con la forma tradicional de maceración y con prensado manual. De esta manera logramos unos caldos cuyo aroma y presencia, homenajean a la historia, pasión y cultura vinícola de nuestro lugar. Son el aquí y el ahora.

Así, nuestros vinos ofrecen la esencia de la tierra en la que han nacido, la misma en la que hace 800 años los monjes de Oseira plantaron sus cepas, y que por sus condiciones climáticas únicas da como resultado vinos llenos de matices, con un perfil fragante y de gran elegancia. Una identidad vinícola tan característica y majestuosa como los paisajes bañados por el Miño donde crecen las vides y nuestra devoción por ellas.

Paladar genuino

y buen hacer